Carta al director publicada en La Nueva España, 4 de octubre de 2022
Acaba de celebrarse en Asturias el Campeonato del Mundo de Pesca a Mosca, y España se ha proclamado campeona. Bastantes acaso lo
desconozcan aún a causa de la extrañamente escasa cobertura informativa
del evento, no obstante su indudable relevancia. Me pregunto los
motivos, y no se me ocultan el cansino, estúpido e injustificable
ninguneo, y la creciente estigmatización de la caza y de la pesca. Este
es un mundo de modas, y una de las tendencias más instaladas es la de no
hacer daño a los animales. Que, dicho así, parece cabal, pero además de
que demasiadas veces exageran bastante, algunos somos algo raros, y por
llevarlo en nuestros genes y haberlo mamado, ya crecimos cazando y/o
pescando. Comprendo que esto es algo muy difícil de entender por el
grueso de la tropa, y ya nos lo demuestran bien un día sí y otro
también. Porque, en un mundo que también se dice tolerante y libre, poco
o nada se nos consiente a nosotros. Entre otras cosas, porque no
agarramos bien el toro por los cuernos, y decimos hasta aquí hemos
llegado.
También me sorprendió que se eligiese nuestra región para el evento, y
que al parecer las cosas saliesen bien. A uno le cuesta ver un pez
cuando acude al río, y nuestros visitantes parece que no se aburrieron.
Doble mérito, sin duda, de la organización, por más que uno no deje de
maravillarse. Pues, por pura lógica, hubiese encontrado más natural un
Campeonato del Mundo de caza del cormorán.